Franco Gastón Romero: ¿Refuerzo o Error Dirigencial en Sporting Cristal?

En medio de una campaña irregular y plagada de lesiones, Sporting Cristal incorporó a Franco Gastón Romero, defensor central uruguayo de 29 años, con pasado en Nacional de Uruguay. Su llegada fue presentada como el reemplazo de Ignácio da Silva, uno de los mejores zagueros que ha tenido Cristal en los últimos años y que dejó la vara altísima en liderazgo, calidad y presencia defensiva. Sin embargo, tras sus primeras actuaciones, surgen preguntas legítimas: ¿era realmente el refuerzo que el equipo necesitaba? ¿O fue otra decisión desesperada de una dirigencia sin rumbo?
Estadísticas de Franco Romero en Nacional y su Inicio en Cristal
Temporada 2024 en Nacional (Uruguay):
- Partidos jugados: 17
- Titularidades: 13
- Goles: 1
- Duelos ganados por partido: 5.1
- Balones aéreos ganados: 3.8
- Errores que terminaron en gol: 2
- Tarjetas amarillas: 6
- Calificación promedio (SofaScore): 6.5
Inicio en Sporting Cristal (hasta mayo 2025):
- Partidos jugados: 12
- Goles recibidos con él en cancha: 10
- Pérdidas en salida: 5.2 por partido
- Duelos ganados: 3.9 por partido
- Calificación promedio: 6.2
Su rendimiento ha sido discreto. Si bien es agresivo en el juego aéreo, sufre en duelos mano a mano y muestra limitaciones claras en la salida limpia desde el fondo, algo fundamental en el estilo que Autuori intenta implantar.
Un Fichaje Que No Resuelve
Romero no es un central con jerarquía internacional, ni un líder natural en la línea defensiva. A sus 29 años, su carrera ha sido irregular, con pasos fugaces por el exterior y sin consolidarse como figura en Uruguay. En Cristal, se esperaba un defensor que llegara para reemplazar a Ignácio da Silva y ordenar la zaga, pero hasta ahora su impacto ha sido mínimo.
Además, su adaptación al ritmo del fútbol peruano ha sido lenta, y en momentos clave —como ante rivales de peso en el Apertura— ha mostrado inseguridad y falta de comunicación con Chávez y el arquero.
Falta de Criterio en la Construcción del Plantel
Aunque no se ha revelado el monto invertido en Romero, su contratación forma parte de un patrón preocupante de decisiones erráticas. Mientras se destinó una suma cercana al medio millón de dólares para adquirir a Catriel Cabellos, un mediocampista joven con proyección, el plantel sigue mostrando carencias claras en líneas clave como la defensa central y el mediocampo de contención, sobre todo tras la lesión de Cazonatti.
La pregunta que persiste es si no hubiera sido más sensato reforzar esas zonas con jugadores consolidados en lugar de insistir en apuestas que no resuelven los problemas estructurales del equipo. La dirección deportiva de Joel Raffo parece más preocupada por aparentar proyección a futuro que por brindar soluciones inmediatas a un equipo que necesita resultados hoy.
Paulo Autuori ha intentado darle rodaje como zaguero central derecho en línea de cuatro, sin mucho éxito. En más de un partido, su lentitud y sus errores en cobertura costaron caro. Tampoco ha asumido un rol de liderazgo, algo que se esperaba de un jugador con experiencia en Nacional. Su perfil no parece ajustarse al sistema de presión alta ni a una defensa adelantada. Comparado con lo que aportaba Ignácio da Silva, la diferencia es notoria y preocupante,
Franco Gastón Romero puede aportar desde la rotación, pero no es —ni será— el central que le devuelva solidez defensiva a Cristal. Su contratación es reflejo de una gestión con pobre lectura del mercado, sin proyecto deportivo claro y con decisiones reactivas. Mientras el equipo pierde puntos y credibilidad, la dirigencia sigue apostando a jugadores que no elevan el nivel competitivo.
Sporting Cristal necesita menos fichajes “parche” y más construcción estratégica. De lo contrario, la distancia con los equipos de arriba seguirá creciendo.