Sporting Cristal: Anatomía de una Crisis

De la promesa de modernización a la pérdida de identidad
Sporting Cristal, uno de los clubes más laureados y respetados del fútbol peruano, atraviesa una de las etapas más turbulentas de su historia reciente. Desde que Innova Sports asumió la administración del club en 2019, muchas promesas se hicieron: profesionalización de la gestión, apuestas por la cantera, exportación de talento y competitividad internacional.
Sin embargo, a cinco años de este cambio, los resultados deportivos, la desconexión con la hinchada y una serie de decisiones cuestionables en contrataciones y manejo institucional han encendido todas las alarmas. ¿Qué pasó con el “modelo Sporting Cristal”? ¿Cómo se pasó de ser un ejemplo de gestión a una entidad sumida en la incertidumbre?
El arribo de Innova Sports: promesas y expectativas
En noviembre de 2019, el Grupo Innova Sports tomó las riendas de Sporting Cristal, tras la venta del club por parte de Backus, con la promesa de mantener su competitividad y convertirlo en un modelo de negocio autosostenible.
Las principales banderas de esta nueva gestión fueron:
- Apostar por la cantera.
- Generar ingresos a través de la venta de jugadores.
- Mantener una identidad de juego ofensiva.
- Sostener el protagonismo nacional e internacional.

Las primeras grietas: decisiones deportivas erráticas
Uno de los principales cuestionamientos ha sido la coherencia en la elección de entrenadores y el respaldo a los procesos. Desde la llegada de Innova, Cristal ha tenido varios técnicos en poco tiempo:
- Manuel Barreto (2019-2020): Una apuesta arriesgada por alguien sin experiencia. El resultado fue un equipo irregular y sin liderazgo.
- Roberto Mosquera (2020-2022): Logró un campeonato en 2020, pero su proyecto se desgastó rápidamente. Pese a los resultados, no se reforzó adecuadamente al plantel.
- Tiago Nunes (2023): Con un estilo propio y buenas ideas, no fue respaldado en el mercado de fichajes y se fue en medio de frustraciones.
- Enderson Moreira (2024): Llegó con buen CV pero poco conocimiento del medio. Su salida abrupta refleja el caos institucional.
- Guillermo Farre (2024): Su llegada en medio de la crisis reflejó la desesperación institucional. Con poca experiencia fuera de Belgrano y sin mayor relación con el estilo de Cristal, su gestión ha sido gris, con decisiones cuestionables y un equipo sin reacción ni identidad.
Resultado: No se respetaron procesos, ni se construyó un estilo sostenible. El modelo cambió constantemente y las decisiones se tomaron más por urgencia que por estrategia.
El gran problema: las contrataciones
Sporting Cristal dejó de fichar para competir y comenzó a fichar para vender. Ese cambio de enfoque ha sido letal. Se priorizó contratar jugadores jóvenes con potencial de reventa —no necesariamente listos para rendir en la alta competencia— por encima de futbolistas con jerarquía que eleven el nivel del equipo.
Casos como:
- Juan Sánchez – Medio Centro
- Fernando Pacheco – Extremo Izquierdo
- Adrián Ascues – Medio Centro
- Gonzalo Aguirre – Medio Centro
- Diego Otoya – Delantero Centro
- Percy Prado – Lateral Derecho
- Jhon Marchan – Mediocentro Ofensivo
- Quembol Guadalupe – Defensa Central
- Luis Ibérico – Extremo Izquierdo
- Santiago Gonzáles – Extremo Derecho
- Catriel Cabellos – Medio Centro
- Misael Sosa – Medio Centro
Acá nace uno de los puntos más sensibles y estratégicamente cuestionables en la actual gestión de Sporting Cristal: la relación entre el club, la empresa Innova Sports y la agencia de representación Agref. Si bien desde lo legal no se ha comprobado una infracción directa, el conflicto de intereses es evidente. La presencia de una agencia con influencia sobre una parte importante del plantel y vínculos con quienes hoy dirigen el club genera una distorsión en la toma de decisiones deportivas. Se prioriza el potencial de venta de activos por encima del rendimiento inmediato y sostenido del equipo. Incluso voces con peso en el entorno institucional, como SAFAP y exdirigentes, han advertido sobre la tensión que esto genera. Cuando las decisiones estratégicas dejan de tener como norte el éxito deportivo para responder a intereses paralelos, el club pierde rumbo y desconecta con su esencia competitiva. Sporting Cristal no puede convertirse en una vitrina, debe seguir siendo un equipo que compite para ganar.
Desmantelamiento silencioso: las ventas sin recambio
¿Dónde están los reemplazos de esos jugadores que realmente marcaban la diferencia?
- Jorge Cazulo
- Ignacio Dasilva
- Joao Grimaldo
- Jesús Castillo
- Titi Ortiz

En 2024, se destapó un hecho que generó profundo malestar entre los hinchas y exjugadores del club: la creación de un equipo llamado «Lima City FC», que participaba torneo de menores. Hasta ahí, nada inusual… salvo un detalle que lo volvió escandaloso: usaban el escudo de Sporting Cristal.
El equipo, según investigaciones periodísticas y reportes de aficionados, habría estado vinculado directamente a la gestión de Innova Sports, e incluso se rumoreó que funcionaba como una especie de filial informal o canal de proyección de juveniles sin una comunicación oficial al respecto.
La gestión de Joel Raffo al frente de Sporting Cristal ha comprometido seriamente los principios que deben regir a una institución deportiva de alto nivel. Su detención preliminar en noviembre de 2024, en el marco de las investigaciones por presuntos vínculos con la red criminal “Los Galácticos” —acusada de manipular los derechos televisivos de la Liga 1 MAX y de posibles actos de malversación—, generó un impacto profundo en la imagen del club. Si bien actualmente enfrenta el proceso en libertad, las dudas persisten. A ello se suma una crítica legítima desde voces autorizadas como Felipe Cantuarias, expresidente del club, quien ha cuestionado su falta de identificación institucional y la concentración de poder en su doble rol como presidente y director deportivo. Además, las denuncias por conflicto de intereses, debido a su vinculación con la agencia AGREF, abren una alerta sobre la transparencia en las decisiones deportivas y contractuales. Sporting Cristal no puede seguir tolerando gestiones que antepongan los intereses personales sobre el futuro del club.

La pérdida de identidad y el divorcio con la hinchada
Hoy, el club parece alejado de sus principios. La falta de resultados, la pérdida del juego colectivo, la lejanía del directorio con los aficionados, y una pobre comunicación institucional, han deteriorado el vínculo emocional entre el club y su gente.
La verdadera pregunta que muchos hinchas se hacen hoy es: ¿quiénes están realmente detrás de Joel Raffo? ¿Quiénes conforman el comité de inversionistas que sostiene su gestión? ¿Quiénes han puesto su dinero en Sporting Cristal y respaldan cada una de sus decisiones? Porque más allá de las cámaras y los discursos, es allí —en ese círculo cerrado de poder e intereses— donde se define el rumbo del club, muchas veces alejado de los valores que históricamente representó.