El mercado de pases se mueve, pero en La Florida todo sigue igual.
El hincha celeste vuelve a mirar la cancha con el corazón dividido. Por un lado, el amor incondicional que lo lleva a seguir al club donde juegue; por el otro, la frustración que crece fecha a fecha: Sporting Cristal sigue sin concretar refuerzos que ilusionen y respalden el sueño de pelear hasta el final.
Esta vez, el escenario es el Callao. Sport Boys, siempre complicado en casa, recibirá a un Cristal que intenta mantener el estilo y la propuesta pese a las bajas y a la falta de caras nuevas. Pero la pregunta inevitable es la misma que recorre todas las previas: ¿cuánto más puede sostenerse un equipo que no se refuerza?
El club ha dejado ir a piezas importantes y, hasta ahora, las promesas de incorporaciones se quedan en eso: promesas. La directiva insiste en que llegarán “los nombres que el técnico pidió”, pero el tiempo corre y el mercado de pases avanza. Mientras tanto, la hinchada observa con preocupación cómo los rivales se fortalecen, mientras Cristal parece estancado en la espera.
Futbolísticamente, el equipo tiene argumentos: una idea de juego que intenta plasmar Autuori, un once titular que se entiende y figuras jóvenes que suman minutos con hambre de destacar. Sin embargo, el fútbol moderno exige algo más: recambio, variantes tácticas y jerarquía para resolver partidos complicados o cerrar encuentros que se traban.
En el Callao, Boys intentará golpear donde más duele: aprovechar el desgaste, la falta de opciones desde el banco y la ansiedad que provoca saber que, si las cosas no salen bien, no hay mucho más a qué apelar. Porque al final, el problema no es solo deportivo: la falta de fichajes afecta también lo anímico, genera dudas y multiplica la presión.
El resultado de este partido dirá mucho, pero incluso una victoria no alcanzará para tapar la inquietud que crece entre los hinchas: Cristal necesita refuerzos, no excusas. Y cada partido que pasa sin noticias concretas es una oportunidad perdida de fortalecer un plantel que, pese a todo, sigue soñando con pelear por el título.
En el fútbol, las palabras se sostienen con hechos. Y por ahora, las contrataciones siguen brillando por su ausencia.


