Más que un Clásico: El partido que puede romper o salvar proyectos
Este martes no es un martes cualquiera. Es uno de esos días donde el fútbol peruano se detiene, se divide, se llena de expectativa. Alianza Lima recibe a Sporting Cristal en un partido que, más allá de los puntos, trae consigo heridas abiertas, reclamos pendientes y narrativas cruzadas.
Alianza llega con más dudas que certezas. Todo indica que el foco está puesto en la Sudamericana, mientras el Torneo Clausura se les escurre entre los dedos. Una derrota más y el campeonato quedaría prácticamente fuera de alcance, dejando de lado un objetivo que parecía prioritario. En la interna, el ambiente es tenso: se respira un clima de todo o nada. Las decisiones tácticas, los cambios constantes y la falta de identidad colectiva alimentan el malestar. La sensación es clara: se juega más que tres puntos, se juega credibilidad.
Cristal llega como líder del Clausura, pero con la herida fresca de la eliminación internacional. El equipo ha sumado con regularidad, pero todavía no ha enfrentado a ningún rival directo. La tabla lo favorece, pero las verdaderas pruebas comienzan ahora. Con solo un refuerzo y apenas 14 días para el cierre del libro de pases, el margen para reforzar es limitado. La defensa continúa siendo un rompecabezas, y Autuori hace lo que puede con un plantel corto. Aun así, hay algo que no se pierde: la convicción de juego. En medio de un contexto institucional frágil, el estilo se mantiene. Pero el hincha ya no se conforma solo con eso. Quiere victorias de peso. Y las quiere ya.
Cristal no solo juega contra Alianza. Juega contra la narrativa que lo acusa de no ganar los partidos grandes. Contra la estadística que incomoda. Contra un estadio que siempre lo espera hostil.
Alianza, por su parte, juega contra su propio fantasma: el del proyecto que no cuaja, de las contrataciones de renombre que aún no explotan. Y si pierden, no será solo un clásico perdido, será la confirmación de que su proceso ya no tiene defensa.